Cuentos y Leyendas

Mama Puma

“Me contaba mi abuelita que había una chica que se había embarazado con un espíritu, era la única hija, la más querida y no tenía esposo. Los padres no la querían ver porque se había quedado embarazada. Entonces la chica se fue de su casa, caminó bastante hasta llegar a la casa de una familia. En esta casa vivía una abuela que tenía tres hijos, ella era Puma Mama: sus hijos eran Siku Puma, Venado Puma, Pakai Puma.

“Ellos se habían ido de cacería. La abuela acogió a la chica, le dio de comer, le brindó la chicha y le advirtió que tenía tres hijos que comen a la gente y que eran peligrosos, por eso tenía que esconderse arriba, entre el maíz. Cuando llegan los hijos le preguntan qué es lo que tiene escondido, que hay un olor raro, la madre decía que no era nada, que no se preocupen, pero ellos no se convencieron, buscaron hasta encontrar a la chica, que estaban en lo alto entre el maíz. Siku Puma intentó atraparla, pero no pudo. Luego fue el turno de Venado Puma, tampoco logró alcanzarla. Pakai Puma que era el más fuerte lo logró. La atraparon y se comieron a la joven.

“Como la abuela no tenía muelas le dejaron las viseras y el estómago de la joven, ya que eran suaves. La abuela colocó todo en una tinaja de barro, entre las vísceras encontró dos bebes. Gracias a los poderes de la abuela sobrevivieron, y al día siguiente ya eran grandes. Cada día crecían más, la abuela cambiaba cada vez a una tinaja más grande. Cuando volvían los pumas hijos, ella los guardaba en la tinaja para que no se los comieran.

La abuela los crió, cuando ya eran jóvenes la abuela los usaba para que trabajen para ella. Un día les pidió que le hicieran cosechar el maíz, los jóvenes trabajaron una parte pequeña y luego llamaron a la abuela y le enseñaron su trabajo. La abuela se enojó, dijo: Yo no quiero esto, es muy poquito, ni mi ojo entra ahí. Como esos chicos eran milagrosos, para el día siguiente ya habían trabajado una chacra bien grande. Le dijeron: Abuelita, ya está la chacra de maíz que nos has pedido. Era una chacra enorme, tan enorme que la abuela se perdió en ella. La abuela gritaba, gritaba y gritaba, no sabía a dónde ir. Desde ahí quedo sapo la abuelita. Ellos la fueron a buscar y la sacaron, la llevaron nuevamente a la casa.

“Luego, la abuela les pide leña a los jóvenes, ellos traen leña, pero la abuela dice: Yo quiero bastante, no ese poquito. Los jóvenes se fueron nuevamente y cortaron un montón de leña y dejaron un hueco en la mitad, llamaron a la abuela para que entre a ver, y cuando ella entró empujaron la leña para que se derrumbe sobre ella. La abuela quedó atrapada y no podían sacarla. Como la abuela era mala, los maltrataba. Se dice que desde ahí en las leñas queda hongo. Quedó hongo la abuelita.

“Después la abuela les pidió que carguen agua. Trajeron un poquito, pero la abuela respondió: ¡Yo quiero bastante agua, no ese poquito! Entonces ellos llenaron de agua un cajón bien grande, ella fue abrió la puerta y el agua se la llevó a la abuelita.

“Los jóvenes crecían cada vez más y decidieron que tenían que matar a los tigres, que ya tenían una familia bien grande y comían mucha gente para alimentarse. Entonces hicieron un puente bien grande, sobre un río grande, en donde si alguien se caía, las pirañas o el caimán le comía. Entonces les dijeron a la familia de los pumas: Este puente es para ustedes, pueden usarlo cuando quieran. Cuando la familia puma cruzaba el puente, los hermanos lo cortaron y se cayeron algunos tigres y murieron. Se salvó Pakai Puma y otro tigre. Se dieron cuenta de que los jóvenes gemelos querían terminar a la familia. Entonces decidieron hacer una trampa para ellos. En esa última pelea terminaron muriendo los hermanos gemelos así como los pumas que habían escapado del puente. Según dicen cuando va a ser del fin del mundo, va a salir ese tigre y acabará con toda la gente. Este encerrado en galera Ruco. Los tigres a veces salen de ahí, son como un futuro de ahí, que están aquí ahora, el jaguar, el puma. Las personas que toman puma yuyo se mueren y se van allá.

“En tanto a los hermanos ahora son dos estrellas, Luciro y Lucero: son dos chicos, dos estrellas que salen en el amanecer y otra al anochecer”.

Los Casados

“Mi abuelita me ha contado de una pareja que vivían los padres mayores y su hija. Vino un chico y se casó con la hija, se fue a vivir con su esposo. La hija no les trataba bien a los papás, les mezquinaba la comida, y los padres eran mayores de 70, 75 años. Ellos esperaban que el yerno o la hija les vengan a brindar algo, antes mataban a la guatusa, el venado, el saíno, el puerco de monte. Ellos esperaban cocinando yuca, pensando que les iban a venir a brindar. El papa y la mamá sufrían y lloraban. ¿Por qué su hija se ha vuelto tan mezquina?

“Un día se fueron de caza el nuero con el suegro. El abuelo pescó poco, mientras que el nuero puedo cazar varias presas. El suegro pensaba que iba a compartirlas, pero en lugar de eso el nuero se preparó su Maito y no compartía con su suegro la comida. El padre sufría por este motivo.

“Los mayores eran sabios, y vieron una noche de luna que venía un diablo. Él cogió sus cosas, subió por unas lianas a un ceibo. Llegó el diablo y se comió a toda la gente, y todo lo que había alrededor, incluyendo al nuero. Ese era el castigo de Dios. Pero le dejó la cabeza viva. Al día siguiente el suegro bajó. El nuero le llama y le dice ‘Perdón, pensé que sin brindarte comida iba a vivir, llévame a mi casa y dile a mi mujer que venga, que traiga chicha, que estoy cansado y que me venga a ayudar a cargar la leña que he traído’.

“El suegro llama a su hija y le indica en dónde encontrar a su marido. Al llegar allá queda atrapada en una rama de un árbol que le mordió y le chupó la sangre. Gritaba y gritaba, hasta caer al río. Dicen que desde entonces existe ahí una boa de dos cabezas. Moraleja: las familias en la comunidad son muy solidarias, siempre están pendientes de sus padres”.

Historias sobre la Naturaleza

También existen algunas historias sobre la naturaleza que son contadas por uno de los guías de la comunidad, Mauricio Jipa:

“Los ciempiés viven debajo de las hojas y ramas secas. Nosotros creemos que si el ciempiés pasa por nuestra mano podemos ser buenos músicos, guitarristas o violinistas. Si uno no va a ser un buen músico, el ciempiés se enrolla en tu mano”.

“El colibrí. Nuestros padres se levantaban a las cuatro de la mañana para tomar la guayusa, en eso nos daban el conocimiento de padres a hijos. Tomábamos tabaco de hoja de la Amazonía y luego nos ponían ají en los ojos: esto no es un castigo, es protección para nosotros, si te encuentras con una anaconda o una boa te protege porque los jaguares o los pumas te pone los ojos hacia ti, y como estas con ají en los ojos, se ahuyenta y se va, no te caza. Después de todo esto nos vamos a bañar, regresamos a tomar una mocahua de chicha y luego caminamos al bosque, nos decían los mayores que tenemos que ir al bosque y cazar colibríes. El colibrí es un ave muy pequeña que no se puede cazar muy rápido, tenemos que caminar muchos kilómetros dentro del bosque para poder cazar. Al comer su cerebro te va a volver cazador, fuerte e inteligente, su cerebro es muy pequeño”.

“Pitón: es una fruta comestible, tiene una sola raíz principal, hacia adentro y dos secundarias, no tiene muchas raíces. Muchas de las veces las mujeres kichwas de la Amazonía van a esta planta, que da muchos frutos, y danzan alrededor del pitón para tener ellas también muchos frutos, la yuca, el maní, el frejol, el plátanos. Danzaban las mujeres para que les den más frutos. Ya no lo hacen mucho ahora”.

Doña Enma Cerda también comparte algunas de sus historias y cuenta cómo los animales se relacionan con el conocimiento de la naturaleza:

“Inti Mama es un escarabajo. Cuando va a hacer sol ese escarabajo chilla. Para saber si va a llover, sabemos por las hormigas Tamia Añangu, así les llamamos. Esas andan con un pájaro. Como silba el pajarito, por donde va silbando el pájaro la hormiga va siguiendo. El pájaro se llama Añangu Mama, madre de las hormigas”.

Otro mito bien conocido en la comunidad es de la historia del pájaro Butú: “Killa Mama (madre luna): ese pájaro tenía un esposo, vivían entre dos en la casa. Llegó el tiempo de trasladarse a otro lado, el esposo le dice: Vamos, lleve todas las cosas. Pero la mujer no ha podido alistar rápido. El esposo le dice: Vamos, ya me estoy yendo. Ella recién comienza a poner la piyuna para llevar las cosas. No ha envuelto bien, se caen las cosas, y entonces el esposo se ha ido dejando y la esposa se ha quedado. Por eso en las noches de luna dice “ñuka kusaya”, en español sería “esposo mío”. Siempre está sola, viendo que la luna sale. La luna era el esposo de la señora. Por eso las mujeres deben alistarse rápido, sino se quedan”.